Jerarquías

Jerarquías

Reino Mörn

The Lords and Ladies of Crimson Red

Habiendo dejado los siglos del Clan Auril atrás y con la caída de las familias, los Mørket han visto su jerarquía sufrir profundos cambios en los tiempos corrientes. Actualmente, han logrado restituir su antiguo régimen luego de que el único heredero legítimo, Adramelech Bastian Auril, accediera a llevar el título y ponerse a la cabeza de su reino.

El orden de poderes siempre ha sido imperante para los Mørket, pero los lobos negros no tienen la costumbre de otorgar títulos vanamente. Tal como sucede con una de sus ceremonias más importantes, aquella en la cual reciben su nombre, nada se obtiene gratis en el clan y los puestos de prestigio no son solo extremadamente difíciles de conseguir, sino que fáciles de perder.

Anmörer | El título personal del Rey o la Reina de las tierras Mörn y de toda la raza Mørket. Solo ha habido dos Anmörer en la historia de los Mørket. El primero fue nada más ni nada menos que el miembro Original de la raza, Auril el Devorador. El segundo y actual portador es el descendiente directo de la original Nareth Auril, Adramelech Bastian Mörn. Los Anmörer han de recibir inmediatamente el juramento de lealtad de todos los miembros del Clan y la conspiración en contra de él es causa inmediata de pena de muerte por traición. Se suele demandar que los pretendientes al título posean sangre de los Originales, aunque claro con la nueva abundancia y aceptación de los híbridos como parte formal del Reino puede esperarse que en el futuro esta ley se vea reformada. El Anmörer puede abdicar su título en favor de un candidato aceptado, de otra manera solo se puede remover en caso de muerte, traición al Clan o por un duelo formal hasta la muerte.

Avdeles | También conocidos como “Las siete marcas”, los Avdeles son siete miembros del Clan que se ganan su lugar luego de haber amasado el respeto y la sumisión de todos por debajo de ellos y la aprobación del Anmörer. Son los guardianes de las siete tierras de Dessembrae, el consejo personal del Anmörer y los líderes de guerra. Los Avdeles son sumamente venerados. Dentro de su grupo se destaca al Avnmör, quien actúa como el más frecuente intermediario entre los Avdeles y el líder, sirviendo también como su escolta constante. Los Avdeles actuales son: (a ser actualizado.)

Adnarim | Estudiosos del pasado y de los ancestros, los Adnarim son quienes están a cargo de los ritos, las condecoraciones, reconocimientos y, en varios casos, juicios en el Clan. Si bien son de los pocos Mørket que han optado por una vida más bien “pacífica”, son también las manos detrás de las congregaciones de sangre y estos seres espirituales no pueden permitirse el quedarse atrás en lo que a proeza en la batalla se refiere. Los Adnarim son también quienes otorgan los nombres a los miembros recientemente integrados al reino. Usualmente no hay más de tres en el Clan y la cabeza actual de los Adnarim es Laverne Enner Mörn. Son extremadamente respetados, y hasta algo temidos, y se los suele caracterizar por tener una sed mayor a la de sus pares. Curiosamente, son el único rango en el reino, a demás del Anmörer, que solo puede ser adquirido por medio de un duelo hasta la muerte con uno de los actuales portadores. El nombramiento de un nuevo Adnarim sin Prueba de Sangre es extremadamente raro.

Nevorn | En palabras cortas, el escuadrón de la muerte del Clan y uno de los rangos más temidos, su única función es mantener el orden, las leyes y el prestigio de los Mørket mediante cualquier medio necesario. Poseen prácticamente una libertad absoluta y solo responden a los Avdeles y al Anmörer. Solo están sujetos en lealtad al bienestar del reino y a los demás altos mandos. El hecho de que, con argumentos suficientes, puedan castigar a quien sea hace necesario que sean seres confiables para los demás altos mandos.

Si bien la adquisición por herencia de los títulos es un suceso que suele tener lugar, es imperante el recordar que el portar uno de estos rangos viene no solo con una gran responsabilidad, sino que también como producto de un inmenso esfuerzo y de una frágil posición de poder. Si la integridad de un alto mando se ve amenazada y la valía de su autoridad disminuye, se vuelve una simple cuestión de tiempo hasta que este sea removido del cargo por un pretendiente más prometedor. Esta es también la causa por la cual se tenga en tal altísima estima a aquellos miembros que han mantenido un cargo de renombre históricamente.