Lucifer LaVey Black

Su principal mentor es su padre, Nihil “Antares” Black Setan. En el futuro cercano, pasara a las manos de Baal y Belphegor de Malheur. Aún así, Lucifer es conocida por tratar de ser la sombra de varios Setan y miembros del infierno con el objetivo de observarlos, destacándose entre ellos Varamyr Messiah y Chaos Gespesnt.

La oda al carisma, las travesuras y la total y completa falta de filtro, Lucifer LaVey Black es probablemente la persona más extrovertida y llamativa que hay por conocer. Se la caracteriza por tener una honestidad prácticamente absoluta, una rapidez mental que resulta tanto entretenida como peligrosa en manos de la Black y un amor interminable por las teátricas, haciéndola un ser por demás estrafalario. Sin embargo, hay todo un rostro de Lucifer que suele quedar oculto por esta entretenida disposición y que engloba también lo astuta, perseverante y, con las condiciones adecuadas, oscura que puede llegar a ser.

La mayoría del tiempo parecería ser impaciente, despreocupada, incluso algo descuidada y con confianza suficiente como para prestar y repartir pero, a fin de cuentas, todo se reduce a qué son las cosas que tienen su interés, su verdadero interés. Para la mayoría de los asuntos, Lucifer es un ser austero y, por ende, no hay demasiadas cosas que se tome enserio y estas son automáticamente transformadas en producto de bromas, procrastinación o se les es adjudicado un final lúdico. Ahora, cuando esa poderosa ambición se retuerce dentro de la Black, no hay obstáculo que pueda con la fijación, la perseverancia y la enorme paciencia que puede amasar con solo un simple chasquido de dedos de su férrea voluntad. Toda la abulia de Lucifer puede transformarse en esfuerzo perfectamente metodológico de un segundo al otro, y el desconocimiento de este rasgo de ella suele llevar a muchas personas a subestimar las cosas de las que verdaderamente es capaz. Y es que, además de ser poseedora de una monumental y espontánea imaginación, Lucifer es una joven con una inteligencia no solo rara vez vista sino que muy propia y rebuscada, lo que la vuelve impredecible.

Su perseverancia puede volverla insistente y terca, cualidades que a menudo le han jugado en contra. También la ha dotado, por supuesto, de un muy mal gusto cuando las cosas parecen escapar su alcance y si bien no es precisamente una persona que necesite estar en control de lo que la rodea -de hecho se le remarca su amor por el desorden-, si es una persona que pierde la paciencia, pero no la motivación, fácilmente si ve que sus esfuerzos no dan los frutos que espera. Tiene una mente en exceso abierta, incluso si dentro oculta sus propios pudores, y no hay idea que le parezca lo suficientemente loca. Esto es una de sus mayores fortalezas, pues las posibilidades para ella son interminables. Temeraria, para mal de los adultos a cargo de ella, Lucifer se lleva totalmente libre de miedos o de inhibiciones en casi todos los ámbitos de su vida. Pues si no hay ninguna idea que le parezca demasiado loca, tampoco hay ningún acto que le parezca demasiado estúpido.

En definitiva, Lucifer es inmadura, relajada, lúdica y optimista, hasta el momento en que necesita dejar de serlo. Si bien aún han sido pocas, se han presentado esas ocasiones en las que, demostrando un enorme control de si que el resto del tiempo parecería no tener, puede hacer a un lado su naturaleza para reemplazarla por la cara mucho más medida y lógica, responsable, consistente, incluso si la existencia de esta dura solo lo que dure el predicamento antes de regresar a esparcir sus sonrisas por el mundo.



Si bien nadie dudará en decir que lo más llamativo y característico de Lucifer es su personalidad, la apariencia del cuerpo que habita definitivamente no se queda muy atrás. Mezclando características fácilmente reconocibles de ambos padres, la joven posee un cuerpo esbelto y elegante, poseedor de una musculatura leve y curvatura más bien moderada. Gracias a la herencia híbrida del mismo, goza de atributos físicos descomunales, con hincapié en su fuerza, agilidad y percepción. Curiosamente, Lucifer ha desarrollado una característica de la raza Urkanger que su madre, también una híbrida de la misma, no presentó jamás: la capacidad de moverse, ubicarse y encontrar a sus objetivos incluso falta de sus sentidos, siempre y cuando sus dos colmillos, en cualquiera de sus formas, estén intactos. Su piel presenta una coloración bastante pálida con tonos azules por debajo, dándole una apariencia fría o fresca que la hace ver un poco fuera de lo común. No hay nada muy destacable en ella a excepción de un par de cicatrices fruto de sus entrenamientos, accidentes y travesuras.

Tiene un rostro en verdad peculiar, pero que aún así no deja de ser atractivo y hermoso en una manera más descomunal. Es el tipo de persona que no atrapa a la vista por su lo normativo e impactante de la belleza cotidiana, sino que más bien por las facciones armoniosas y exóticas que posee. Famosa por su larga sonrisa, ojos blancos como la leche que brillan de manera traviesa y pestañas negras que enmarcan sus ojos contra la palidez de su piel, Lucifer es sin duda alguna una adolescente muy bella.

En cuanto a vestimenta, Lucifer tiene un estilo bastante propio y diferente. Su color favorito es el negro y los tonos oscuros y no tiene mucho amor que perder en los vestidos. Prefiere las faldas, tanto largas como cortas o los pantalones combinados con todo tipo habido y por haber de remeras, camisas y tops cortos. A diferencia de la mayoría de sus conocidos, su sentido de la moda está bastante influenciado por la cultura humana, a la cual tiene mucho apego.

Lucifer ha encontrado dificultades para cambiar de forma libremente, siendo la metamorfosis de su cuerpo un acto que aun no domina del todo y mostrando en cambio una gran predilección por la usurpación de otros cuerpos. Solo ha ganado la maestría sobre la forma animal intrínseca al cuerpo que habita: una enorme hiena, a juego con la personalidad de la joven. En su fase animal, Lucifer presenta un tamaño verdaderamente destacable, alta y de hombros anchos y bien musculados, una de las pieles más gruesas que se pueden encontrar y una risueña -y enorme- mandíbula que le permite dar esas sonrisas y carcajadas que la caracterízan como humana en una forma mucho más animalesca y aterradora. Se cree que esta forma vino de la poca, pero importante, herencia de su madre de la raza vasdash y sufrió modificaciones acordes a su hibridez. Las garras de la hiena están más desarrolladas y son retráctiles, posible vestigio de la forma de león de su padre, a juego con orejas más grandes y puntegudas, patas y cola algo más largas, así como una espina más recta y flexible. En esta forma, vestigio de los hijos monstruosos de su madre, Lucifer es capaz de dividirse en tres. Es decir, de un cuerpo originar dos más, iguales e independientes. Algunos creen que es una técnica algo deformada de clonamiento, pero sin embargo ambas tres hienas son en verdad Lucifer misma, y por ende las tres pueden, por ejemplo, sufrir daño.

 Comenzando por los dones que ha adquirido gracias a su fisiología y raza, Lucifer Black tiene la ventaja de combinar dos tipos de herencias. Por un lado, tiene acceso a las cualidades físicas del cuerpo que habita, un híbrido de razas antiguas y poderosas, como la Urkanger, los Grandes Lobos, la Tëránter, la demónica y la vasdash. En sumatoria, le proporcionan a la joven capacidades físicas descomunales, especialmente en cuanto a su durabilidad, velocidad y factor de regeneración. Si bien no imposible es odiosamente difícil de herir o incluso perturbar, como esas moscas que entran a tu hogar y luego de varios intentos fallidos de insecticidio no queda más remedio que esperar a que se aburra y decida irse por sí sola. Por el otro, goza de las habilidades de todo demonio Iblis relacionadas a la traslación de su ser entre cuerpos que puede elegir y habitar a voluntad.

Esto nos deja con las habilidades que la Black ha mostrado como poderes propios o que ha adquirido mediante el entrenamiento. Lucifer parece estar galardonada con algunos de las mejores cualidades de sus antepasados, comenzando por una enorme y rara vez vista habilidad por las fuerzas místicas, que claro en el caso de ella han adoptado características infernales. Lucifer ha elegido referirse a ella como magia, incluso si lo ve en extremo diferente a las cualidades de los magos, invocadores y demás usuarios de la familia más esotérica de dones, pues si bien los efectos y abanico de su poder pueden ser similares, las energías de las que nacen -que aun nadie ha podido explicar del todo de donde originan- hacen a los impredecibles dones de Lucifer no solo sorprendentes sino que en extremo maleables.

No ha dado un nombre ni denominado de ninguna manera a esta magia que fluye y se genera en ella, tratándola desde su nacimiento como una parte intrínseca de si y no como algo latente en el exterior que puede manipular (como sucede con los verdaderos tipos de magia). Mediante lo que puede ser descrito únicamente como su tipo único y personal de hechicería, Lucifer ha logrado descubrir, estudiar y practicas determinados usos. En primer lugar, aquellos que utiliza desde su niñez, Lucifer puede hacer física esta energía en distintas formas, notablemente en un aspecto similar al fuego infernal (que si bien quema y corroe no es fuego en sí mismo sino solo la energía de Lucifer “disfrazada” de fuego), a una brea negra y viscosa (con la capacidad de endurecerse o ablandarse según la necesidad y que en ocasión ha adoptado propiedades de absorción, funcionando como una raiz entre Lucifer y una fuerte de energía externa), una nube de “humo” de un blanco color que puede transparentarse (utilizada para cubierta o, más aterrador, para encerrar y ahogar enemigos) o algo que parecería ser metal teñido de un rojo punzó, utilizado para la manufacura rápida de armas, proyectiles o defensas si las cotidianas fallan. Esto ha llevado a muchos a cometer el error de creer que Lucifer posee manipulación elemental, cuando en realidad lo que puede lograr es alterar las características tanto físicas como funcionales de su “magia”. Pero más comúnmente, dado el grado de familiaridad que posee con la energía mística que genera y lo destructiva que puede ser, la ha utilizado en estado crudo y puro para el ataque, donde se presenta fuera del cuerpo de lucifer como una nébula inquieta y fluctuando entre dos colores: blanco o rojo dependiendo del tono de ojos de la Black, utilizada a manera de proyectiles, ondas o domos que nacen de ella y hacia su objetivo, con propósitos desde causar severo daño físico a inmovilizar o señalar a sus oponentes.

Su hechicería tiene aplicaciones también defensivas y más funcionales, alertando a Lucifer como un sexto sentido, permitiéndole la creación de campos de fuerza personales de naturaleza mágica o creando bloqueos locales/topográficos mediante sellos, aumentando sus cualidades físicas momentáneamente y actuando como barrera de la mente de Lucifer, haciéndola poco susceptible a invasiones mentales de varios tipos. Lucifer con frecuencia se envuelve en su propia energía, incluso a veces por el simple hecho de que le trae confort. Puede extender su magia para influenciar objetos lejanos a ella y moverlos, o sobre ella misma, permitiéndole por ejemplo levitar o mover su cuerpo sin gastar su propia integridad.

Interesada en el transporte de almas – aun la mayoría desconoce con qué fines -, Lucifer actualmente está tratando de descubrir maneras de replicar aquello que como Iblis puede hacer naturalmente con otros utilizando su extraña magia. Cómo lograr que un ser pueda cambiar de cuerpo o incluso permanecer sin uno fijo, bajo el control de ella. Por ahora ha fallado completamente en traspasar a un ser a otro cuerpo/envase con éxito, pero recientemente ha cometido lo que considera su mayor logro hasta ahora: Lucifer puede, si bien con mucho esfuerzo, cambiar de cuerpos con un objetivo. Ella como Iblis se encarga de que el cuerpo de la persona no muera, mientras que su propio cuerpo, acostumbrado a su presencia, alberga a la nueva persona sin mayores inconvenientes. Al cambiar de cuerpos con alguien, Lucifer accede a las características y dones de la persona así como la otra a los de ella, pero está completamente en su voluntad regresar a su cuerpo de origen -y por ende a la otra persona también- cuando desee.

Como verán, la pluripotencialidad de su poder místico, combinado con su joven edad e imparable curiosidad hacen de sus dones actuales un curioso surtido, lleno de sorpresas algo aleatorias o inconstantes. A medida que crece y sus predilecciones se fijan, Lucifer abandona dones por otros, ahonda en los que le agradan y busca nuevos. Versátil y adepta a muchas cosas, es también maestra de ninguna en lo absoluto.



Hija de padres amorosos y criada en un ambiente que le demostró el mismo cariño y bienvenida, es fácil justificar la feliz disposición de la Black. Criada en el Infierno cerca de su padre y mentor, con visitas frecuentes a su madre, la infancia de Lucifer se vió destacada por las aventuras, travesuras y extrañezas que pareciera dedicarse religiosamente a esparcir, especialmente para con el grupo de personas que han eclipsado la mayor parte de su tiempo: sus hermanos y hermanas de Legión. Como una gran camada de cachorros, Lucifer ha crecido y aprendido con y de ellos, incluso hasta ahora en su adolescencia.

En verdad, uno creería que no había nada triste que relatar sobre la vida de Lucifer LaVey Black hasta recientemente, pero decir esto sería alejarse mucho de la verdad. Lucifer nació de una tragedia y en sus ojos su primer acto incluso antes de nacer fue abusar del dolor y la angustia de su familia. Esta simple verdad se alojó en lo profundo de su mente, reprimida y lejos de su conciencia, dejando solo esas huellas disfrazadas del displacer que el hecho le genera. Pero ese disfraz de una pena que quisiera no recordar fue bello, le dio el propósito de poner una sonrisa en aquellos a quienes ama y de mejorarse hasta ser la máxima versión de si que pueda ofrecer para probar que el dolor que trajo no fue en vano. La hizo mas alegre, más temeraria. Y nada dura para siempre, pues en tiempos recientes y ante la perdida de dos de sus hermanos de Legion, la llama de Lucifer se ha reducido en su pena. Aún escondida tras sus bromas y sonrisas, pero eso no quita la realidad de que el mayor predicamento en la vida de esta joven, por ahora, es que su historia, desde su origen, no le permiten venirse a términos con el hecho de su existencia y lo que ella implica.

Ya pasados algunos meses, ha abandonado momentáneamente el Infierno y a su familia para aventurarse en el primer desafío formal de su vida, quizá aún evadiendo los dolores, quizá como afirmación de que ya los ha abandonado. Sea como sea, se ha decidido a que las corrientes semanas de su existencia se llenen de esa entretenida motivación que siempre la ha caracterizado, es hora de enorgullecer a los suyos.